Es mejor separarse cuando es necesario y seguir juntos mientras merezca la pena.
¿Cuándo merece la pena seguir juntos?
Sencillamente cuando nos compensa lo bueno aquello que es menos bueno. Mientras que la ponderación de pros y contras de una relación sentimental nos sea satisfactoria merecerá la pena mantenerla y luchar por seguir mejorándola y manteniéndola de manera gratificante.
En las mismas circunstancias personas diferentes tomarían diferentes decisiones sentimentales. Cada relación es vista de una manera subjetiva por cada persona conforme a sus propia personalidad. Además, los gustos, preferencias y tendencias sentimentales de cada persona hará que una misma cuestión se considere normal, bueno o incluso malo en circunstancias asimiladas.
Lo que en un primer momento te gusta puede ser lo que más adelante te disgusta y viceversa, por lo que la decisión de si es mejor separarse o seguir juntos es muy complicada y personal. Por ello la esencia de los motivos que en su día te hicieron querer compartir un proyecto sentimental deben de ser los que se valoren en función de si se han mantenido o modulado en una dirección deseada, o no.
No hay una decisión mejor que otra, pues toda conlleva cosas que nos gustarán en mayor o menor medida. A pesar de ello la valoración de cada persona debe de efectuarse en frio y no tomar decisiones en caliente para evitar incurrir en un error fatal para la pareja, pues cualquier decisión precipitada puede casuar un daño innecesario.
La vida sólo se vive una vez y cada cual tiene que vivirla como prefiere, incluso a riesgo de poderse equivocar. Lo que nunca encontraremos serán respuestas y decisiones total y absolutamente pacíficas y que al elegirlas no supongan la consecuente no elección de otra.
Estar en pareja tiene ventajas, pero también puede tener desventajas. Sensu contrario pasa lo mismo, estar soltero o soltera por dejar la pareja también tiene sus beneficios y perjuicios, lo importante es que la valoración se haga de manera honesta tanto con nosotros mismo como con nuestra pareja.
Tenemos una tendencia y percepción buenista de nosotros mismos que en ocasiones no nos deja entender las cosas como son, sino que se tienden a ver como en parte idealizamos o concebimos, pero si la otra parte de la pareja hace lo mismo existirán tres realidades: La de un miembro de la pareja, la del otro y la real objetivamentre.
¿Qué hay que hacer? Mantener la tranquilidad, fomentar la comunicación y apaciguar las dudas que nos impiden tomar una decisión pacífica.